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El blog de Hector Grave

Mala publicidad

6 Octubre 2009, 16:51pm

Publicado por Hector Grave

Mala publicidad

 

 

No hace muchos días una amiga (y esposa también de un muy buen amigo) me pasó una liga de un video de comerciales de televisión ochenterísimos que alguna vez fueron del dominio público. Me divertí muchísimo viéndolos. Lo primero que me saltó a la vista es que fueron épocas más inocentes. Así recordé cómo no me parecía idiota que un niño llevara a su abuelita a “Burger Boy” donde todo mundo bailaba y cantaba, y comprobé como un “jingle” no tiene que ser inteligente en lo más mínimo como aquel de Gelatina Dany donde un tucán (iba a decir “pelícano”, estos también “se me confunden”) bailaba con unos niños al ritmo de: “!Destapa-tapa-y-ataca-tacaaa….Gelatina Daaa-aany!”.

 

Cuando recapacité lo malos que eran los anuncios en aquél entonces no pude evitar notar que los de ahora, con sus honrosas excepciones, siguen siendo notables por malos; algo que no solo se sufre en la televisión, sino en los medios impresos, en nefastos espectaculares, en la radio e incluso en camiones y taxis. Además de ser un juego de manipulación nefasto, los anuncios contaminan, y si son malos, muchísimo peor. Algunos incluso me parecen inquietantes. Algunas recolecciones al respecto:

 

 

El Cerdito Caníbal

 

Virtualmente en cada puesto de carnitas del país hay un letrero, luminoso o no, donde un cerdito estilo “Porky” con un mandil y una cucharona le da vueltas a un cazo: el cerdito está haciendo carnitas. Recuerdo haber sido muy pequeño cuando razoné por primera vez que no era normal que un cerdo cocinara cerdo. Cuando pregunté a mi mamá por qué razón tenían uno en el letrero, mi madre contestó algo así como: “Porque las carnitas son de cerdo”…respuesta para nada convincente, si acaso de lo único que me podía convencer era de que los cerdos son caníbales y si eres cerdo entonces está bien cocinar a tus congéneres. Desde entonces cada que me topo con un letrerito de estos no puedo evitar padecer un ligero lapsus donde lejos de parecerme simpático, el maldito anuncio me parece ligeramente siniestro. Aplica igual para los pollos.

 

 

El testimonio de Andrea Legarreta

 

Hay gente simpatiquísima y en términos generales la conductora y mala actriz Andrea Legarreta lo es. Pero ¿qué carambas hace anunciando productos de limpieza para el WC? Además la dinámica del comercial es de lo más torpe:

 

Primero llega Andrea con un camarógrafo a la puerta de una casa aleatoria a tocar el timbre. Acto seguido la joven y atractiva ama de casa (que es la misma que la del comercial de “Fabuloso”) abre la puerta. Andrea le pide usar su baño. La atractiva ama de casa accede. Entonces se meten todos al baño: ama de casa, Andrea y camarógrafo. Andrea se la hace  de pedo a la ama de casa porque el baño está puerquísimo, a lo que ésta lejos de encabronarse le responde con cara de vergüenza que limpia con un chingo de productos ¡todos los días!, a lo que Andrea con cara de “no no no, ni madres reina, lo que pasa es que eres una puerca” le demuestra con ayuda de un “líquido demostrador” que en efecto, el baño está peor que letrina de Puente Grande y que para eso ella le recomienda….etc. etc. etc.

 

¿Debo decir más? Es tan estúpido que me parece insultante. Lo mismo pasa con Diego Shoening recomendando jabón para la ropa. ¿Cuándo se convirtió en una autoridad de la blancura y suavidad el más looser de los Timbiriches?...ahora que si me lo dijeran Erik Rubín o Sasha Sökol, pues bueno, le daría una oportunidad a su producto…

 

 

Sí, ir al baño es justo y necesario

 

Hace algún tiempo descubrí unos yogures para beber buenazos (les juro que quise escribir “yoghurts”), con fruta, lactobacilos y un montón de cosas bien saludables. Si a esto le sumas que su contenido en carbohidratos era el más bajo de todos los productos similares (sin contar los dietéticos), me volví fan. Así durante un buen tiempo consumí regularmente Activia de Danone. Todo bien…hasta que aparecieron unos anuncios nefastos de mujeres hablando entre sí de cómo se sienten unas “sucias por dentro” mientras tiran verduras echadas a perder a la basura y comentan que hay que “depurarse” regularmente…lo que en realidad traduce a que las viejas esas del anuncio de normal están estreñidas. Ahora aborrezco los Activia, gracias a los comerciales ahora más parecidos en mi mente al Metamucil y menos parecidos a una golosina mañanera como solían serlo. Y todo gracias a Laurita Flores y algún mercadotecnólogo sabiondo…

 

 

Clight  y el coro de pigmeos refrescantes

 

Aquí hay mujeres guapas en hamacas, caminando por jardines, entre flores, arena y muy en contacto con la naturaleza mientras beben Clight y escuchan un coro de pigmeos cantando:

 

¡I ee ie eeeeuuuooo! ¡U’maaaa! Ieee i eeeee uo!

 

Me molesta sobremanera, sobre todo porque el producto trae una orientación mercadológica totalmente femenina y yo en verdad disfruto del Clight. No, nunca he escuchado a los pigmeos cantar mientras bebo.

 

 

¿Por qué la dieta empieza con quien no la necesita?

 

Estos anuncios son evidentemente para mujeres, y entiendo a lo que le quieren “pegar”, pero también me parecen irresponsables, falsos y manipuladores. Se trata de los alimentos dietéticos, donde la gente de los anuncios es la primera en NO necesitar una dieta evidentemente. El del cereal Special K me parece particularmente vergonzoso, donde mujeres con cinturas diminutas en ropa interior o deportiva y camisetas ligeras se suben a la báscula y voltean los ojos hacia arriba con expresión de ligera tragedia por haber subido algo que en mi mente (y en sus caderas) si es que se ve, serían como 75 grs….después de semejante hallazgo las mujeres de los comerciales se dedican a comer “Special K” mientras ríen, hacen ejercicio y son felices para al final, levantar miradas ansiosas de hombres que en efecto notaron la diferencia de utilizar “El Programa Special K”. La realidad es marcadamente distinta, donde chicas a las que les aprieta la ropa recurren a un cereal que las hace infelices al comer (porque quisieran comer chilaquiles o quesadillas o lo que sea que les guste), no hacen ejercicio y andan mal humoradas por el día, con hambre y miseria. Independientemente de si funcione o no el mentado cereal, cuando veo sus anuncios me pregunto si socialmente no serán responsables de colaborar a un problema mayor: cada que veo una chica con un evidente y físicamente notable desorden alimenticio deseo que se les exigiera a estas compañías abordar su publicidad con mayor responsabilidad. También cuando veo mujeres ser infelices por un “problema” de peso que no existe me cuestiono hasta dónde llegaremos.

 

 

El desodorante invencible

 

Hay uno que me fascina por ridículo y se me ha vuelto un placer culposo. Me refiero al anuncio de Lady Speed Stick, donde una heroína de nombre “Barbara Blade” después de bañarse se pone desodorante y combate el mal vestida como Lara Croft. Notables me parecen las secuencias donde se desliza desde las alturas con las axilas usando unos lienzos o donde se rasura la bisagra con un cuchillo de Rambo. Me muero de risa cuando lo veo, y en verdad, ¡oh Señor, perdóname!: casi lo disfruto. Son los peores anuncios de desodorante que he visto en mi vida. Mención honorífica para los de Axe. Estos sí saben lo que venden y cómo venderlo.

 

 

La Coca-Cola une a la familia

 

Esto trasciende la simple publicidad: es un fenómeno social en México. Los comerciales de Coca-Cola (originados en México) tienden a proyectar una familia enorme, con abuelos estilo patriarcas, nietos, nueras, comida deliciosa, felicidad, risas etc. etc. El que Coca-Cola se haya colocado como un producto familiar e indispensable en la mesa no solo es comercial: es cierto. Me pregunto si fueron ellos quienes lo comenzaron todo o bien fuimos los mexicanos quienes volvimos esto una realidad en vida y en los anuncios. ¿Malos anuncios? No creo. ¿Malos hábitos alimenticios? Sí. Definitivamente.

 

 

Héctor Daniel

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